viernes, 17 de febrero de 2006

Cuando vez a ese dios que has venerado y admirado por años colapsar en añicos. Cuando es únicamente la persona.

Tú que nunca pareció necesitar de nada ni de nadie, apareces derrotada por el tiempo. Tú que llenas de vida, tú quien diste vida, que más que vida fue alma ¿Quién te ha derrotado? Tan sólo una mirada.

El tiempo es rápido. Se niega a dar un suspiro y se aferra a arrancarte de mi lado. Entre más me niego a relucir ese instante borroso, que prefiero no recordar, más se acerca a mis días, más impaciente se muestra. Por el tiempo que ha pasado, y por tus mismos ojos, veo mi futuro.