Alzas la frente al destino,
caminas por la maleza,
portas tu naturaleza,
dama de poco vestido.
Quiero decir y no
quiero
porqué yo me desespero
cuando invitas a los hombres
a que adivinen tu nombre
bajo aquel escote austero.
¿Será que tu vida escondes
para sentirte anhelada?
Aunque te sabes castrada,
a cierta hombría respondes.
Ya van a saber a quién
debo el embuste infiel;
si fui cazador o presa
yo no lo sé con certeza
-y por no fijarme bien-.
Porque si digo a quien
quiero,
decir a quién quiero
bien
será imprudente también.
Me arrastró, amor embustero,
y no me pude rehusar
cuando comenzó a lanzar
anzuelos desde su barca.
Me mostró conciencia parca,
no dio tiempo pa’ pensar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario